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Navegar las aguas emocionales ilustración por Elylu

Navegar las aguas emocionales

Queramos o no verlas e incluso sentirlas, las emociones siempre están acompañándonos. Pero todavía hasta ahora es muy fácil sentir la presión social de ignorarlas, reprimirlas y ocultarlas, esperando que nunca se vuelvan a aparecer como por arte de magia.

En mi caso específico como ilustradora muchas veces (cuando era más joven) compré la idea de que uno siempre tiene que estar disponible para hacer algo nuevo todo el tiempo, sí TODO el tiempo. ¿Pero cómo podríamos dar o crear cuando estamos sin energía, sin ganas, sin entusiasmo?

La verdad yo ya me di cuenta que para mí no es sano dar cuando he vaciado mis recursos.

Mi búsqueda de balance emocional para poder atender mi trabajo creativo inició en mi cuerpo físico porque padezco de hipotiroidismo, un desbalance en la producción de hormonas de la tiroides que pasa desapercibido muy frecuentemente. Pero la mayoría de sus síntomas tienen un impacto a nivel emocional, y en mi caso la fatiga constante fue la que muchas veces no me dejó sentirme en control de mi cuerpo para levantarme de la cama con energía, porque incluso si había dormido 10 horas yo estaba fatigada (hablo de fatiga nivel extremo, como haber atravesado todo el país a pie en un sólo día). Poco a poco, la fatiga escaló para convertirse en ansiedad, ataques de pánico, miedos y otras enfermedades misteriosas que a mi parecer eran somatización de todas esas otras emociones con las que me estaba enfrentando.

A pesar de ubicar los síntomas acompañándome al menos 6 años, fue apenas hace 6 meses que por fin encontré la respuesta a lo que tenía. Pero llegar hasta ahí me hizo atravesar por momentos muy difíciles, especialmente en relación con mi trabajo creativo, porque me sentía lenta, sin fuerzas para dibujar, mi mente no se podía enfocar, y empecé a olvidar cosas, todo eso como parte de los síntomas. Lo peor fue que perdí la línea entre lo que quería hacer y lo que me sentía capaz de hacer a causa de la ansiedad y depresión que acompañan al hipotiroidismo y muchas veces  llegué a sentirme en conflicto por no saber si era mi cuerpo o mi mente (y a veces todavía me pasa).

Lo sentía todo muy confuso, sabía que hace no mucho tenía muchas ganas de iniciar proyectos, pintar, publicar, aprender y de pronto eso parecía como algo que alguien me había contado y apenas podía recordar, porque que ahora veía mi vida como atrás de una cortina semi-transparente y la verdad como que no me interesaba mucho. Aún así sabía que esa no era yo, y con todo lo pesado de mi cuerpo me levantaba todos los días de la cama, aunque hubo meses en los que sólo estuve sentada en mi escritorio pensando regresar a ella y seguramente no hice nada y usé mi silla en lugar de mi cama sólo para estar y ver pasar el día. Así fue hasta que entendí y acepté que no estar bien es también parte del ciclo emocional.

Tuvo que llegar un situación muy difícil en mi vida que derrumbó todo para que yo despertara de ese estado de supervivencia y me diera cuenta de que ya estaba muy cansada de estar así, de sentirme en un agujero muy profundo y pesado, pero también darme cuenta de que no quería estar ahí siempre y esa decisión de hartazgo fue la que me ayudó a ver directamente a los ojos todo lo malo, lo negativo, lo herido, lo enfermo, lo feo, y así poder enfocarme en sanar mis emociones y mi cuerpo para poder vivir y volver a crear con entusiasmo. No sin antes pasar por la etapa de arrepentimiento de “no haber sabido antes” (lo que tenía mi cuerpo o como pedir ayuda) y tuve que atravesar el duelo por el “tiempo perdido”, porque ésto de la sanación ya me dejó claro que no es un camino lineal ni bonito, y además es diferente para todos. En mi caso ha sido trabajar en abrazar mi sombra y mi vulnerabilidad, desaprender, tirar todo y luego lentamente empezar a reconstruir. Ahora sé que las cosas llegan cuando uno está list@ para recibirlas y transformarlas.

En el aspecto creativo y conforme me he adentrado en mi proceso he puesto más atención de no idealizar los clichés relacionados con el trabajo y el arte, como puede ser la idea de siempre ser productiv@, siempre estar ocupad@, ser overachiever y terminar siendo artistas atormentad@s, la neta es que nada de eso nos hace bien y mucho menos  la idea de “tener que sufrir” para crear cosas chidas, no, no, no. Obviamente basándome en mi propia experiencia no puedo ignorar que la vida muchas veces nos trae lecciones difíciles que nos hacen detenernos y sentir que no hay más. Pero personalmente siento que en esos momentos lo que más necesitamos es recibir, cuidarnos, nutrirnos, llenarnos. No siento que sea un estado en el que yo pueda dar y por lo tanto crear, especialmente si sólo lo hacemos por cumplir con la falsa idea de ser productiv@s, por llenar el feed de IG o por los likes.

Más bien siento que el arte puede ser un salvavidas que nos ayude a salir de ahí, como un barquito en el que navegamos a través de la tormenta. Crear desde la búsqueda de sanación y no desde idealizar el drama como algo necesario para crear. El arte, nos ayuda a escucharnos y expresarnos, creando aprendemos que somos capaces de re-crearnos, capaces de sanarnos. Un libro muy bonito y sanador al respecto de ésta idea es Big Magic de Elizabeth Gilbert.

Actualmente una de las cosas más importantes en las que estoy trabajando a nivel personal es hablar del tema de las emociones, abrazando mi vulnerabilidad como fortaleza y abriéndome a compartir mi experiencia. Así que si sigues leyendo aquí te va mi lista de herramientas para nadar en las aguas emocionales, misma que he ido construyendo en el camino de atender con amor mi alma y mi cuerpo.

Meditación ilustración por Elylu

 

Observarme y atender las señales

Aprender a observarme ha sido el trabajo de amor más grande que he hecho por mí. Y hablo a nivel físico y emocional, porque nuestro cuerpo y emociones siempre están comunicándose con nosotros, pero si estamos atrapa@s en el corre corre de la vida, es muy fácil pasarlas por alto. Para mí, observarme es estar atenta. Muy atenta a lo que pienso y lo que siento, sin engancharme, sin pasar a modo overthinker, pero sí dándome cuenta de dónde vienen esos pensamientos y esas emociones. Ahora muy frecuentemente me pregunto si lo que estoy haciendo o diciendo está alineado con mi corazón y mis valores.

Busco identificar claramente la sensación, expresarla, aceptarla y soltarla. Aunque al principio “parezca mala”, la verdad es que sólo es una mensajera y es de sabios escuchar. Decirla en voz alta me ayuda, algunas veces frente al espejo, a veces escribiéndola, o simplemente hablando con alguien.

Ejemplos:

Me duele la cabeza porque no he dejado de pensar en ese asunto.

Estoy triste porque extraño a alguien.

Estoy enojada con alguien que fue grosero y no dije nada.

Me siento rara cuando esa persona está cerca.

Estoy estresada porque no he hecho tal cosa.

Identificar esas sensaciones físicas o emocionales y ser hones@s con nostr@s mismas sobre su por qué, es algo que requiere práctica, pero eventualmente será de mucha ayuda.

Si quieres hacer ese ejercicio de una manera más literal, escribe lo que sientes y quema el papel, tira los restos a la basura y déjalo ir. Eso me ha ayudado a no quedarme atorada por mucho tiempo dándole vueltas a lo mismo y así poder regresar más liberada a enfocarme en mis proyectos creativos.

Otra cosa importante que me ha enseñado a observarme es trabajar con la luna y sus ciclos, porque igual que ella no siempre estamos en fase llena, siempre estamos en movimiento, nos llenamos y luego nos vaciamos, a veces queremos estar rodead@s de muchas personas y otras queremos estar sol@s y quedarnos en casa, esos mensajes son los que tenemos que escuchar, respetar y atender.

Terapia ilustración por Elylu

 

Psicoterapia

Cuando sentí que había tocado fondo emocional pedir ayuda fue un paso tan lógico y evidente que me pareció absurdo no haberlo hecho antes, pero ahora me doy cuenta que estaba tan enfocada en que lo que yo tenía era algo físico pasando en mi cuerpo, que no pude ver que mi cuerpo emocional también se estaba viendo afectado y quizá también contenía claves de la fuente de mi padecimiento.

Sé que hay diferentes aproximaciones a la psicoterapia, pero honestamente desconozco las diferencias entre todas ellas, y te recomiendo investigar y buscar una opción que sientas que es la correcta para ti. Yo he trabajado con terapeutas de psicoterapia corporal y gestalt.

Aprendí que el cuerpo tiene memoria, el cuerpo es sabio, el cuerpo es nuestro archivo personal de todo eso que hemos vivido, el cuerpo lo contiene todo incluso si lo hemos borrado de nuestra memoria. Trabajar emocionalmente con mi cuerpo ha sido clave para mí, especialmente porque tendía a darle vueltas eternas a los asuntos y para mí, la sola idea de quedarme en la mente y querer encontrar razones con explicaciones muy concretas no me hace bien. Pero mi cuerpo ha estado ahí para ayudarme a sentirme más ligera, a poder ver de frente lo que antes me dolía y redescubrir mucho de eso como aprendizaje y conocimiento de mí misma.

Llevo como dos años en terapia y haber iniciado incluso antes de descubrir mi padecimiento físico fue lo que me ayudó a poder escuchar lo que mi intuición me estaba diciendo sobre mi salud.

Si algo te puedes llevar como consejo sin duda para mi sería darle seguimiento a tu trabajo emocional con un profesional. Porque de verdad creo que es el mejor regalo que nos podemos dar para ayudarnos, pero estoy consciente que si como en mi caso la ansiedad o depresión te alejan de tu trabajo entonces tener ingresos extra es algo difícil para ti en éste momento (yo pasé de invertir mi dinero en libros y cursos de arte a sólo pagar mis terapias) y eso hace más complicado considerar la inversión de pagar terapias porque seguramente hay otras cosas como renta o compra de alimentos que son necesidades más inmediatas. Aún así considéralo, puedes buscar opciones más económicas e incluso gratuitas en algún centro comunitario de tu localidad o si tienes la posibilidad pedir ayuda económica a familiares o amigos, no lo dudes y hazlo.

Tarot ilustración por Elylu

 

Escuchar y seguir mi intuición

Ésta súper herramienta viene en tercer lugar porque a pesar de considerar que siempre he escuchado mi intuición (te recomiendo el libro de Trust your vibes de Sonia Choquette), fue gracias al trabajo de terapia que le puse voz a mi intuición y me di más herramientas para conectar y acceder a ella sin titubear.

En mi primera sesión de terapia con Gladys, ella usó dos tipos de oráculos y algo hizo click en todo mi ser, regresé a casa muy emocionada y compré mi primer tarot el mismo día. A pesar de haber tenido acercamientos al tema del tarot muchos años antes a través de pláticas con amigos, ésta fue la primera vez que conectaba genuinamente con su poder simbólico y lo entendía.

Sé que mucha gente tiene una mala idea de lo que es el tarot y su uso, y mucho de eso es porque también hay quien lo usa para engañar, y la verdad es que no soy de las personas que creen en usarlo para “adivinar el futuro”.

Yo creo que es un espejo de las respuestas que ya están en nuestro interior y a las que nos es difícil contactar porque estamos muy desconectados de nosotros mismos (y más conectados al WiFi). Yo creo que no da respuestas, más bien nos ayuda a observarnos, cuestionarnos y por ende comprendernos.

Usar el tarot como herramienta terapéutica me ha ayudado a desbloquear emociones y desterrar algunas creencias limitantes que me estaban deteniendo y ahora hasta lo uso para profundizar en mi trabajo creativo porque me ayuda a conectar con la la energía que quiero canalizar y manifestar.

Mucho de lo que sé de conectar con tarot se lo debo a Lindsay Mack, su podcast e instagram me ha guiado como una linternita en la oscuridad para ir descubriendo mi propio camino (por cierto morí de la emoción cuando la encontré caminando en el bosque durante spirit weavers del año pasado y me salió lo fan, me presenté y le agradecí por toda la medicina que he recibido de sus publicaciones y la abraze mucho). Aunque si lo que les interesa es aprender de la simbología y cómo interpretarla busquen a The Tarot Lady.

Yoga ilustración por Elylu

 

Rutinas sanas no negociables

Para mí, tener una práctica física ha sido indispensable para conectar con mi cuerpo y sentirme plena habitándolo, porque como ya lo mencioné el cuerpo guarda todo y moverlo ayuda que las cosas fluyan. Puede ser sólo salir a caminar o bailar, pero activar el cuerpo también despeja la mente y sin tantas preocupaciones encima para mí es más sencillo enfocarme en dibujar con gusto. En mi caso el yoga ha sido mi mejor amiga porque el trabajo en el mat es muy personal y va muy de la mano con la práctica meditativa que te lleva a aprender a estar contigo mism@, dentro de ti mism@. Aceptar, abrazar lo que hay y aprender a darle amor a todo eso que somos es un puente muy bonito que eventualmente nos lleva a cultivar la fuerza y energía pero sobre todo la paz que necesitamos para crear desde un lugar emocional en el que nos sentimos complet@s.

Cuando tengo práctica de yoga me puedo dar cuenta de las diferencias que tiene mi energía y estado de ánimo, me siento más despierta, más ligera, fuerte, feliz, sin prisa. A diferencia, de cuando pasan varios días sin moverme me siento apagada, tiesa, fría, mi dolor de la espalda empieza a aparecer y eso afecta mi estado de ánimo. Es por eso que decidí certificarme como maestra de yoga para de alguna manera sembrar la intención de que sea una práctica que me acompañe toda la vida. Ya estoy por iniciar mi último semestre y empezar a dar clases a fin de mes.

Otras cosas que conforman mi rutina sana no negociable: hacer mis tres comidas lo más saludable posible a la misma hora todos los días, dormir temprano y poner el celular en modo avión toda la noche y sólo volver a conectarme al día siguiente una vez que ya estoy bañada y vestida, poner música para iniciar el día y al lavar los trastes (porque es mi actividad menos favorita), escribir todos los días (ésta es medio nueva para mí, pero descubrí que me ayuda mucho, incluso si no dibujo no me importa tanto pero escribir me da una sensación de descarga mental), salir a caminar y tomar el sol mientras paseamos a nuestros perritos, contactar con la naturaleza aunque sea en el parque más cercano siempre es como un bálsamo para el alma.Círculo de mujeres ilustración por Elylu

Círculos de apoyo

Algo que tengo claro es que pedir ayuda y estar acompañad@s en el proceso es muy valioso, porque para mi hubiera sido casi imposible salir de una situación emocional tan difícil estando sola. Estoy muy agradecida de contar con el apoyo de Diego, mi compañero de vida, y con mis amigas que aunque la mayoría de ellas están lejos siempre están ahí para escucharme cuando las he necesitado. El universo me ha llenado de personitas muy despiertas y conscientes de su trabajo emocional y es muy fácil para mí hablar con ellas de estos temas, las terapias, el tarot, la astrología, los cuarzos, todo lo que nos ayude a conectar con nuestro interior, sanarnos y crecer. Siento que crecemos juntas, despacito, sin prisa, pero siempre avanzando y echándonos porras.

Regularmente paso mucho tiempo sola trabajando en mi estudio y lo disfruto mucho,  pero sé que también necesito salir, ver y hablar con otr@s. Por esa razón hace un par de años me inscribí a un círculo de mujeres, porque quería conectar en persona con otras mujeres en busca de su propio camino.  El círculo de mujeres me enseñó mucho a escuchar sin comparar el camino de las demás con el mío, a respetar sus tiempos y respetar los míos a descubrir de una manera muy profunda muchas de sus historias, honrarlas y honrar mi camino. También me ayudó a estar más consciente de que tod@s estamos juntos en éste planeta acompañandonos pero cada un@ en su propio carril aprendiendo lo que cada un@ necesita. Ahora ese círculo ya no existe como tal, pero seguimos frecuentandonos una vez al mes y para no pasar tanto tiempo encerrada siempre busco pretextos para salir y conectar con otr@s, me inscribo a cursos cuando me es posible, salgo a conferencias, busco lugares en los que me sienta cómoda y que me alimenten de varios sentidos. Siempre busco conectar genuinamente con las personas con las que cruzo camino, pero siempre consciente de quién aprecia mi energía y quién no, honestamente soy muy cuidadosa con eso, porque mi energía es muy valiosa, cultivarla es un acto de amor propio y por lo mismo compartirla con las personas que la valoren es tan importante para mí.

Remedios herbales ilustración por Elylu

 

Plantitas medicinales como aliadas

Por último tengo que mencionar a las plantas aliadas y ciertos remedios que me han acompañado en el camino de búsqueda de sanación.

Las flores de Bach, especialmente el rescue remedy lo uso desde hace mucho incluso antes de que tuviera ansiedad por el hipotiroidismo, antes más bien era el estrés de la escuela o el trabajo, pero éste remedio me ha ayudado a encontrar la calma en momentos tensos. Hace poco descubrí ésta canción que parece que la escribí yo porque el año pasado en un ataque de ansiedad cometí el error de tomar esas gotas sin diluir y salió peor, pero ahora puedo cantarlo y reír un poco.

Más o menos por esas mismas fechas mi terapeuta me hizo una combinación de flores especialmente para los miedos, que fue un tema emocional que trabajé mucho en el 2018 cuando tuve que hacer una serie de viajes yo sola y me asustaba sentirme mal, tener ataques de pánico e incluso pensar en todos los accidentes que podían pasar, así que cargué para todos lados la botellita que dice MIEDOS hasta que se hicieron mis nuevos amigos. Para estos casos les recomiendo el libro (que me prestó mi hermana y que leí en esos viajes), Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas de Amalia Andrade, a quien le agradezco abordar un tema tan espinoso con mucho humor, porque me ayudó a regresar sin haberme quedado paralizada en algún lugar.

En casa como ritual de limpieza energética todas las mañanas abro las ventanas y quemo incienso o salvia con lavanda para sentir más ligero el espacio (también uso aceites esenciales en difusor con el mismo propósito). Los días especialmente cargados de trabajo o situaciones estresantes los cierro con buen baño y me tomo una infusión de lavanda, manzanilla y rosas. Y en caso de emergencias tengo alguna tintura herbal para apoyar y ayudar a mi cuerpo a relajarse un poquito. Esa botellita del daily stress balance sabe rico y me ha funcionado mucho.

 

Si acabaste de leer éste enorme texto quiero que sepas que donde sea que estés en tu camino te abrazo y te echo porras. No estás sol@.

Ely